Francisco con los hijos pródigos de Casal del Marmo
El papa lavó los pies a doce jóvenes de diversas nacionalidades y religiones. ¿Estoy dispuesto a ayudar al otro?
Por H. Sergio Mora
CIUDAD DEL VATICANO, 28 de marzo de 2013 (Zenit.org)
- En el Penitenciario de Menores de Casal del Marmo, situado en la
ciudad de Roma, en la zona norte, el papa Francisco celebró la misa In Coena Domini, con la ceremonia del lavatorio de los pies a doce jóvenes reclusos, dando así inició al Triduo Pascual.
El
Triduo Pascual es el tiempo comprendido desde la tarde del Jueves
Santo, hasta la madrugada del Domingo de Pascua (o la víspera del
sábado), en donde se celebran los tres grandes misterios de la
redención: la pasión, la muerte y la resurrección de Jesucristo.
Una
larga fila de personas esperaban ya desde algunas horas antes, por las
calles en la que ha pasado el santo padre, para saludarlo. Es la tercera
visita a dicha cárcel por un papa, la primera fue realizada por Juan
Pablo II el 6 de enero de 1980, después Benedicto XVI lo hizo el 18 de
marzo de 2007 y ahora fue papa Francisco.
La
misa se realizó en la capilla del Padre Misericordioso y concelebraron
con Francisco, el cardenal Agostino Vallini, y el capellán de la
prisión, padre Gaetano Greco. Animaron la misa los voluntarios de Casal
del Marmo y jóvenes de Renovación en el Espíritu. La liturgia es la
clásica In Coena Domini, y las lecturas fueron realizadas por jóvenes del penitenciario y por educadores.
Debemos
ayudarnos entre nosotros, comenzando por quien está más arriba, fue el
tema central del papa Francisco en su breve homilía: “Esto
es conmovedor. Jesús que lava los pies a sus discípulos. Pedro no
entendía más nada. No aceptaba, pero Jesús se los explicó”.
Y el papa añadió:
“Jesús, Dios, hizo esto y Él mismo se los explica a los discípulos:
¿Entienden lo que hago por ustedes? ¿Ustedes me llaman el Maestro y el
Señor? Lo dicen bien porque y lo soy. Si yo que soy el Señor les lavé
los pies a ustedes, es porque ustedes se deben lavar los pies los unos a
los otros”.
Y prosiguió: “Les
he dado -de hecho- un ejemplo, para que hagan como hice yo. El Señor
que es el más importante lava los pies. Porque entre nosotros quién es
el más alto tiene que estar al servicio de los otros. Y este es una
símbolo. Lavar los píes significa yo estoy a tu servicio.
“También entre nosotros. Y esto significa -prosiguió el santo padre- que tenemos que ayudarnos unos a los otros. A veces me he enojado con uno o con otro. Dejamos perder”.
“Si
alguien te pide un favor hazlo, es lo que Jesús nos enseña y es lo que
yo hago, lo hago de corazón como sacerdote y como obispo”.
Y añadió: “Tengo
que estar a vuestro servicio, es un deber que me viene del corazón. Es
un deber que amo hacer porque el Señor me lo ha enseñado. Y también
ustedes -subrayó el papa- ayúdense siempre, uno al otro, porque
ayudándonos nos haremos el bien”.
“Ahora haremos -concluyó Francisco-
esta ceremonia del lavado de los pies y cada uno de nosotros piense:
¿Estoy dispuesto a servir y a ayudar al otro? Y piense que esta señal es
una caricia de Jesús que uno hace, porque Jesús vino justamente a
ayudarnos”.
Francisco
lavó los pies a doce jóvenes de los cuales dos eran mujeres: una
muchacha italiana y otra servia. El capellán, don Greco quiso esta
presencia femenina porque en el penitenciario de Casal del Marmo hay
mujeres menores, si bien Jesús lavó los pies solamente a apóstoles
hombres.
“De
los muchachos dos eran musulmanes. Para el lavado Francisco se
arrodilló seis veces con ambas rodillas, pues cada vez lo hacia y besaba
los pies de ambos jóvenes” indicó el portavoz del Vaticano, padre
Federico Lombardi. "Incluso era muy empeñativo desde el punto de vista
físico para una persona de 76 años" añadió.
Los casi 50 jóvenes reclusos en dicha cárcel están divididos en tres grupos, dos de hombres y uno de 11 mujeres.
“La
liturgia -indicó uno de los organizadores de la misa- fue preparada de
manera muy simple, también por voluntad del papa. Los jóvenes cada
domingo pueden venir o no a la misa. Hoy vinieron todos, es una
eucaristía a la luz de la sencillez, alguno leerá el salmo, otro hará la
oración”.
El
papa vistió un delantal realizado por los muchachos de una comunidad:
Villa San Francisco de la localidad de Belluno, en el norte de Italia, y
fueron usados para tejerlo, hilos provenientes de Tierra Santa.
Al
concluir la misa, en el gimnasio que está contiguo a la capilla, el
papa donó un huevo de pascua y un pan dulce con forma de paloma a cada
muchacho y ellos le regalaron a Francisco un reclinatorio y una cruz de
madera tallada. Dos objetos muy simbólicos.
Uno
de los voluntarios indicó: “Nos impresionó la alegría de estos jóvenes
por la venida del papa, aunque hay muchos que no son católicos”.
¿Qué
empuja a un joven voluntario a hacer una experiencia de este tipo
ayudando a los jóvenes reclusos? “El haber recibido -respondió uno de
los voluntarios- mucho de la vida y por ello queremos dar algo de
nuestro tiempo, a alguien que aunque se haya equivocado y tenga que
pagar, no somos lo jueces, necesita ayuda y soporte”.
“Queremos dar testimonio -indicó otro- de lo que somos, sin grandes pretensiones. El grupo de voluntarios es muy amplio y de todas las edades. Nuestro objetivo es el de estar junto a ellos”.
“Queremos dar testimonio -indicó otro- de lo que somos, sin grandes pretensiones. El grupo de voluntarios es muy amplio y de todas las edades. Nuestro objetivo es el de estar junto a ellos”.
“Ha
sido una experiencia muy fuerte del Santo padre y su cercanía a estos
jóvenes a quienes le abrió el corazón al Señor” comentó el cardenal
Vallini.
La
ministra de Justicia, Severino indicó que le impresionó la palabra
del papa 'custodiar' porque allí se hace “con tanto sentimiento y alma.
Algunos tienen la familia lejos, otro perdió hace poco su mamá, y aquí
pueden encontrar los sentimientos buenos”. Y ellos “esperan que su vida
futura sea honesta”. “Vi tanto amor en sus ojos -le dijo la ministra al
papa- y de servicio hacia los otros”.
Y
el papa dirigiéndose a todos aseveró: “Estoy feliz de estar con
ustedes, y no se dejen robar la esperanza, ¡no se dejen robar la
esperanza! ¿Entendido?
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